La educación a través de los tiempos

Ahí es nada. Siempre he dicho que el objetivo mas ambicioso y difícil es el de educar a los hijos.

El ser individual y puro se encuentra ante esta vorágine de poderes ansiosa de rentabilizar esta masa pseudo humana potencial para servir a los objetivos mas contradictorios y opuestos.
El padre, la madre, las religiones, los estados, la banca, el conocido, el colegio, el ladrón, el pedófilo etc rivalizan según su circunstancia en apoderarse del beneficio de esta masa carnosa y cerebralmente débil para inducirle por los caminos pertinentes a sus enfermizas neuronas.
Estamos en una etapa donde por todas partes se esgrime la filosofía "del cariño".
Hay que dar a todo el mundo CARIÑO pero sobre todo a los niños, esos seres indefensos pero con dientes los cuales aprenden rapidísimamente quien es el "REY DE LA CASA" en cualquier momento para hacer valer sus pretensiones ante todo lo que su vista alcance se mueva o no.
Situaciones actuales de mis etapas pedagógicas o lúdicas me recordaban contrastarlas con mis recuerdos ancestrales donde un capricho exhacerbado se solucionaba con una negación contundente y un "cachete" si se llegaba a una rabieta típica de la valoración del YO más intransigente.
Ahora, y ante una riada o tsunamis de psicólogos de nuevas y jóvenes generaciones, la terapia se impone con la retórica, razón, ejemplos, alabanzas, cariños, besos, regalos y otros agasajos todos pro y para que comprenda que hay que ser bueno y comportarse sin amenazas a papá, mamá, tía, abuela, y amistades o vecinos por dónde los hubiera.
El monstruito o monstruita, a pesar de su corta edad advierte la debilidad circundante diametralmente opuesta a su crecierte fortaleza psíquica empozoñada con antojos exacerbados.
Los estados y las nuevas leyes de educación, donde el niño puede denunciar a quienes sean, bien sean padres, madres, profesores, familiares etc, con los consiguientes gastos para los denunciados cuales deben contratar abogados, ir al Tribunal de menores etc, etc y recibir la sonrisa mayestática de ese menor triunfador impasible de su victoria y dispuesto a no tolerar bajo ningún concepto cualquier contrariedad a sus deseos creados a partir de una inadaptación social por intrasigencia acumulativa a través de su infancia.

Eso me concienció a pintar mi cuadro "EL REY DE LA CASA"

Me viene al recuerdo esas universidades, tan famosas como deseadas, emblema de valores tan necesarios para el triunfo como estoicidad, trabajo sacrificio, tolerancia, altruismo, disciplina, solidaridad y tantos atributos más que definen y protegen a una persona para ser capaz de afrontar la vida.

En estos Colegios ya saben mucho de caprichos, insubordinaciones, conspiraciones, amenazas, y en fin, cualquier acto consecuencia del potencial “YO” que cada individuo llevamos dentro y tratamos de imponer a los demás.

Ya, ya sabemos que hay denostadores y en alguna ocasión quizás tengan razón pero muchos, muchísimos son los que no han podido adaptarse a la disciplina de la comunidad no comprendiendo que en nuestra sociedad prima la integración.

Estos niños o niñas que en gran porcentaje son muy atractivos, son eco de agasajos, mimos, regalos, caprichos, besos (demasiados) abrazos, etc., pues su entorno de amistades y familiares disfrutan mucho con su belleza y energía. El niño o niña frecuentemente se hastía de tanto sobeteo y se hace caprichoso, intransigente y agresivo llegando incluso a enfrentarse con los padres, abuelos o familiares que no se sometan a sus órdenes.

Aquí tenemos a un numeroso grupo de psicólogos, psiquiatras, tutores, maestros (infortunados víctimas) dispuestos a atender este problema, en mi opinión generado por las excesivas contemplaciones dictadas por nuestros ministerios correspondientes a cuales yo pongo como principales responsables pues son los que mandan y en segundo lugar a los padres borreguitos dóciles sin saber aplicar sus sentimientos reales y acatándo como suyos los impuestos desde los estamentos superiores y recaudatorios cuales los mayores beneficiados son estos profesionales como psiquiatras, psicólogos, neurólogos, pedagogos, logopedas, tutores y también incluiremos a los letrados expertos en diligencias legales denunciables en cualquier momento de la situación pues no se puede ni tocar a un hijo por muy hijo caprichoso y agrasivo que sea. Claro tampoco se puede tocar a los padres por mucha razón que tengan. Todo eso se tiene que derrimir en los tribunales... por muy caro que resulte.