Pues en múltiples devenires por mi construido destino he podido observar que en ciertos lugares de las casas dónde mis indiscretos ojos se han posado han quedado asombrados de infinidad de "cajitas" de las más variadas denmominaciones abarrotan los armarios generalmente insuficientes para tal destino.
Claro, son medicinas y además de caras, son gratuitas y como se nos dá maravillosamente bien quejarnos delante del médico (que además también es gratuito) pues "de lo que no cuesta, que se llene la cesta".
Pero he aquí la paradoja, en lo que se debiera estar, si nó avergonzado al menos agradecido, todo (no todos/as) se vuelven críticas de trato y consumo.
A mi me gustaría que el ministerio de Sanidad lo regentara el Ministerio de Hacienda pues de la firmeza de grabar impuestos, necesarios pero por desgracia nunca equitativos generaría en el Ministerio de Sanidad una firmeza en el momento de controlar los innumerables abusos bien sea por parte de los pacientes, como de los propios servicios donde en el favoritismo entra la corrupción.
Ya sabemos eso del "el humbral de la pobreza" pero a partir de ahí no pasa nada si se les obliga a pagar al menos un mínimo por consulta y medicinas. Pero hay miedo y poca firmeza. Firmeza de la cual Hacienda debería, así, con generosa actitud aportar al timorato e indeciso Ministerio de Sanidad una buena cantidad. Eso en pro de un buen funcionamiento del que yo al menos no tengo ninguna queja. Pero cada uno hacemos de buena voluntad, lo que podemos.
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