No le ven, pero en ese banco se halla el espíritu de Tchaikovski.
Ya al final de la transación, el vendedor maduro, casi anciano, complaciente y cariñoso me obsequió con dos discos de larga duración de 33 rpm y mirándome a los ojos me dijo: Mira, como sois jóvenes te regalo estos dos discos. Uno de "Los Cinco Latinos" que es la moda pero yo, por decisión personal te regalo este otro el cual es de los preferidos míos, se trata del "Concierto para piano y Orquesta nº 1 de Tchaikovski"....escúchalo con atención, tiene magia....
En efecto, así lo hize y cada vez más.... han pasado ya más de medio siglo y, últimamente ha llegado a mis ojos una extensa biografía del infortunado músico, paradoja en su legado a la humanidad afortunada "per sécula" de las emociones de sus envolventes y hechizantes melodías de las cuales esta, "El Concierto nº 1" significa para mi algo así como mi vida misma, paso a paso, mejor dicho nota a nota entre las cuales los instrumentos son la humanidad espiritual enfrentados con la humanidad material en constante rivalidad.
La biografía, excelente y denso trabajo de la escritora italiana MARÍA TIBALDI CHIESA y el no menos meritorio trabajo del traductor Alfonso Espronceda nos ofrece una exhaustiva documentación tanto en cuanto a la comprensión de sus obras como en su vida personal enquistada por obra y gracia del destino a una escepcional mujer que aunque nunca hubo contacto alguno entre ambos si que le ayudó en lo más difícil de su carrera con grandes e importantes sumas de dinero, importantes hasta consolidar sus melodías entre crítica y público, generalmente reacio ante las novedades.
De conducta misántropa, es dificil y bastante arriesgado justificar o al menos esclarecer el o los motivos pues entraríamos en su propia fisiología entroncada con sus resultados anímicos, es decir, uno de ellos la propia misantropía.
Aquí entra mi atrevimiento pues dado que lo que yo diga no tiene homologación por nadie reconocido al menos en lo extensamente leído me refuerzo en mi axioma predilecto: "lo más importante es lo que no se dice".
Esta biografía editada en el año 1962 evidentemente años lejanos en los cuales no se podía salir de unos cánones morales establecidos (como en la actualidad los tenemos en otros ámbitos) el gran músico llevaba sobre su alma el marchamo de "misántropo", imprecisión que ocultaba otras fobias como por ejemplo pudiese ser la misoginia. Pero esto no es decir nada pues la misoginia puede llegar de varias situaciones o incluso fisiologías. Pero esto último, en aquellos tiempos la sociedad la castigaba duramente. Pero por otra parte, y en muchos casos la verdadera tortura mental es cuando no se tiene claro si debe o no esclarecer de cómo o porqué sus sentimientos provocan la conducta. La sociedad, siempre estúpida, sentencia: Misántropo.
Nunca quiso conocer a su bienhechora Nadjeshda (Esperanza en castellano) y, cuando a fuerza de coacciones e insistencias de sus familiares y allegados se casó con otra mujer, bella y jóven (aunque algo simple) ni siquiera tuvo alguna relación y la separación y divorcio fué instantánea. Dato más que suficiente para cuestionar inclinaciones lógicas.
Quien tenga la oportunidad de escuchar "El Concierto nº 1" en un entorno adecuado y lo digo más para los jóvenes, no en la primera vez sino en posteriores audiciones entrará en un entorno receptivo de otro ámbito, no me atrevo a decir de otra dimensión aunque si de otro entendimiento ( La Vida se compone de diferentes "estadios") Yo me anclé en uno de esos momentos en el cual hubo simbiosis con la música gracias a Tchaikovski como Nadjesdha lo tuvo con la música del excelso virtuoso.
Su boda con Antonina, que así se llamaba la jóven y pertinaz acosadora del agraciado músico (aunque esto de agraciado lo digo por su estampa física y no por y en su destino siempre tortuoso) la pagó cara pues sin llegar a nada desde su primer día matrimonial, posteriormente en su divorcio la tuvo que pagar cantidad vitalicia por sentencia. Cantidad que no hubiera podido pagar salvo la ruina absoluta a no ser por la ayuda de Nadjeshda.
Tchaikovski, de temperamento depresivo e hipocondríaco apenas podía salir de algunos momentos en los cuales la siempre inteligente, culta y pertinaz Nadjesdha mediante su multitud de cartas y aportaciones económicas elevaban la moral y creatividad del excepcional músico.
En toda su música noto yo un clamor, un clamor sordo pero frenético en mensajes que en su sociedad no le admitirían. Una condicción humana al margen de los estereotipos del vulgo que eleva a su espíritu a comunicar su condicción y mediante su música intenta un clamor a las fuerzas de la Naturaleza para que le amparen en su soledad. Soledad, misantropía para quienes no quieren o se atreven a aceptar a este músico que siempre se ha sentido mejor junto a los hombres que a ciertas mujeres. Quizás no encontro la única, la escogida por y entre todas que la vida le ofreció.
Tuvo el destino la incoerencia moral de aprovecharse de su mente y no satisfacer su cuerpo salvo engañándolo con cantidades disparatadas de alchol. Siempre lo digo y al final de muchas divagaciones acabo mis reflexiones con la filosofía en la cual la sensibilidad y el sufrimiento van de la mano juntos pues los puntos sensitivos son más prolíferos a su actividad, cada uno en su experiencia y/o circunstancia.
Naturalmente en otras obras suyas puede cada melómano encontrar su "hábitat" o "conexión" con el espíritu del autor, por eso existe el Arte, para comprendernos.
...Como existe la incomprensión del vulgo pero para esos se crearon los divulgativos, innexactos como tendenciosos aptos para conducir las mentes vacías a conversaciones aparentemente coherentes cuando en realidad son forraje de la sociedad.
Intento comprender a Tchaikovski en su mundo, siempre ocultando sus ansiedades y deseos más íntimos, afrontando y enfrentándose a sus amigos y familiares y casi, seguramente sin tener una explicación exacta a sus soterradas inquietudes pues en su sociedad, sentir y manifestar lo no estereotipado era sentencia de rechazo absoluto por su entorno, trabajo y familia.
Creo que casi sin saber lo que le ocurría cedió ante las presiones de colegas y familiares desembocando a la fatal experiencia conyugal.
De aquello ha bastante más de un siglo. Son otros tiempos y tenemos grandes personas que nos emocionan y enriquecen con sus obras. El Arte no tiene sexo.
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